Había una
vez en un castillo muy hermoso
vivía un rey con su
hija la princesa margarita;
ella era muy orgullosa y vanidosa.
Un
día muy asoleado salió la princesa al pueblo con
su perrita catalina, ella
se bajo de su carroza
y empezó a caminar y la
gente la miraba y le
decía princesa como
has estado y ella
muy groseramente le
respondía; algo que a
ustedes no les incumbe.
Cuando
se apareció un
campesino y la hizo caer
ella le grito salvaje me
ataco y me hizo caer.
El le decía
discúlpeme no fue mi
intensión discúlpeme le
repetía, y ella le decía
le voy a decir a mi padre para
que te encierre en el calabozo.
La perrita
latía y latía y la princesa
le dijo cállate cállate
y ella le dijo al chofer
de la carroza que
se fuera que
ella se iba a pie
y entonces el chofer de la
carroza se fue
cuando llego la noche la princesa
no había llegado la princesa se había perdido en el bosque
y el rey estaba muy
preocupado y decidió llamar
al campesino y el la fue a
buscar pero por la oscuridad no miraba nada cuando escucho un latido de la
perrita corrió y corrió pero no encontró nada cuando
la princesa gritaba
auxilio ¡auxilio! Y hasta
que al fin la
encontró los dos se
enamoraron y se fueron para el
palacio y el rey le dio la mano de la princesa y ella
estaba muy emocionada
por el matrimonio.
Cuando llego el día
de su matrimonio el hada
madrina le regalo un castillo
hermoso y se casaron por supuesto
la perrita latía y latía
de felicidad se fueron para
el castillo y vivieron felices
por siempre.
Por: LUGO MORA
MARÍA ISABEL
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